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Articulos

Más allá de los Nativos Digitales

Uno de los conceptos que más dio que hablar en el ámbito educativo a principios de siglo fue el de Nativos Digitales, cuyo autor paradójicamente, no venía del ámbito de la pedagogía.

 

En 2001, Marc Prensky realizó un documento que fue muy difundido -lejos está de ser una producción científica pedagógica, pero su éxito editorial llevó a instalar con fuerza el binomio nativo e inmigrante digital-. Cabe aclarar que, en gran parte, terceros le cambiaron el sentido y crearon en el imaginario una serie de "nuevos monstruos tecnológicos" que nos invadían.

El mayor logro de Prensky fue interpretar las nuevas formas de adquisición de saberes por parte de las nuevas generaciones, que han nacido y se han desarrollado sobre otra configuración del mundo, sobre otras interfaces que les son naturales. Como discutiremos en el artículo, no caemos en el simplismo de pensar que estos procesos son lineales y suceden en todos los contextos (las diferencias sociales y acceso a TIC  repercuten fuertemente en los jóvenes) ni tampoco lo negaremos, porque las diferencias intergeneracionales en los usos y consumos TIC son evidentes.

Prensky estableció los conceptos de nativo e inmigrante digital, a los nativos los caracteriza por ser la primera generación en crecer con las nuevas tecnologías, y enumera con datos cuantitativos la exposición de estos frente a las nuevas tecnologías, en cantidad de horas. Seguidamente, sostiene “en potencial”, que los cerebros de los nativos digitales, probablemente, hayan cambiado físicamente como resultado de la interacción, o al menos lo hicieron sus patrones de conocimiento:
A la hora de diferenciar a los nativos digitales de los inmigrantes digitales, Prensky enumera una serie de características, entre las que se destacan:

  • Están acostumbrados a recibir información muy rápido.

  • Les gusta proceso paralelo y multi-tarea.

  • Prefieren gráficos antes que su texto.

  • Prefieren el acceso aleatorio (como el hipertexto).

  • Funcionan mejor cuando en red.

  • Prosperan con la gratificación instantánea y recompensas frecuentes.

  • Prefieren los juegos al trabajo «serio»

Vídeo: Prensky nos explica cómo educar a los Nativos Digitales

 

Metodología de enseñanza

¿Qué metodología debe utilizar un docente inmigrante digital a la hora de enseñar a un estudiante nativo digital? Esta pregunta la responde Prensky desde la aceptación de que los nativos digitales hablan “otro idioma”, sostiene que los maestros de hoy deben aprender a comunicarse en el idioma y estilo de sus estudiantes. Aclara que no significa cambiar el significado de lo que es importante, o de buenas habilidades de pensamiento. Pero significa ir más rápido, menos paso a paso, más en paralelo, con más acceso aleatorio, entre otras cosas.
Hay puntos fuertes en este postulado de Prensky, y es efectivamente la fluidez y autonomía (de los niños y adolescentes actuales) en el uso de sus pantallas, para lo que quieren, para lo que les motiva. Será entonces el desafío de los docentes, tomar esa energía y utilizarla para estimular los aprendizajes escolares. 

Contenidos curriculares: Heredado y futuro

Prensky también deja claro que existen dos tipos de contenidos, por un lado, el heredado y por otro el futuro. El contenido «heredado» incluye lectura, escritura, aritmética, pensamiento lógico, comprensión las escrituras e ideas del pasado, etc., todo nuestro currículo «tradicional». “Legacy” content includes reading, writing, arithmetic, logical thinking, understanding the writings and ideas of the past, etc – all of our “traditional” curriculum". El contenido «futuro» es digital y tecnológico. Este incluye software, hardware, robótica, nanotecnología, genómica (conjunto de disciplinas relacionadas con la genética), etc., y además incluye la ética, la política, la sociología, y los idiomas. Finalmente, a la hora de establecer líneas de acción ante las características planteadas en el artículo, Prensky nos da una serie de pistas que quedan entre la revisión metodológica (algo que la escuela Nueva viene realizando desde la década del 30) a la incorporación de nuevos contenidos curriculares, que admite, no tener en claro cómo, pero sí que se debe “inventar.


Nativo digital: Cuestionando el concepto


Luego de ver los elementos planteados por Prensky, podemos comenzar con la tarea de especificar algunas ideas. En primer lugar, sostenemos que la expresión nativo digital se ha ido desvirtuando con el correr de los años, y se asume que toda persona nacida en los años noventa es de por sí un nativo digital, algo que es un pensamiento reduccionista. Cabe preguntarnos: ¿Piensa de la misma manera un joven en un país central que en un país periférico? ¿Accede de la misma forma a las TIC? Podemos preguntarnos incluso si ¿accede de la misma manera un joven argentino de clase alta que otro joven que vive en los sectores socioeconómicamente bajos? Como podemos observar, una aseveración semejante lo único que hace es ocultar la brecha digital. En segundo lugar, se considera que por estar “en contacto con las tecnologías” los nativos digitales adquieren habilidades particulares. Con respecto a esto podemos también preguntarnos si por nacer en un país de habla hispana, nacemos dominando el idioma. Obviamente diremos no. 

No decimos con esto que no hay cambios en las competencias, destrezas y habilidades en los jóvenes de hoy, distintas a las de sus antecesores. Negar esto sería intentar ocultar el sol con la mano. 
En este sentido, retomamos los planteos de Serres, quien sostiene en su libro Pulgarcita, “Estos niños viven, pues, en lo virtual. Las ciencias cognitivas muestran que el uso de la Red, la lectura o la escritura de mensajes con los pulgares, la consulta de Wikipedia o Facebook no estimulan las mismas neuronas ni las mismas zonas corticales que el uso del libro, de la tiza o del cuaderno. Pueden manipular varias informaciones a la vez. No conocen ni integran, ni sintetizan como nosotros, sus ascendientes.” (Serres 2012)
Como sostiene Fernández Enguita en su libro “Más escuelas menos aulas”: “No hay nativos digitales que sepan ni que puedan con seguridad aprender solos lo que necesitarán en ese nuevo entorno, y justamente por eso es necesario que la escuela lo asuma y lo anticipe.” (Fernández Enguita 2017)
Seguimos con nuestras preguntas… ¿Las competencias se adquieren sólo por el uso y consumo de TIC? Algunas sí, pero no las competencias referidas al pensamiento de orden superior. Recordemos que acceder a la información no necesariamente es conocer. Para aclarar esto recurriremos nuevamente al autor francés Serres: “Con el acceso a las personas por el teléfono celular, con el acceso a todos los lugares por el GPS, el acceso al saber ya está abierto. De una cierta manera, ya es transmitido siempre y en todas partes. Objetivado, por cierto, pero además, distribuido. No concentrado.” (Serres 2012) De esta manera, el saber se encuentra en todos lados, a un clic de distancia, pero distribuido, lo que nos introduce nuevamente en el tema de las competencias digitales.
Juega aquí un papel central este concepto, ya que es a través de él se generan las habilidades y formas de pensamientos que se les atribuyen, a priori, a los nativos digitales.
Nuestra propuesta es la de problematizar aquello que se presenta como natural, y no nos permite ver cuales son las competencias necesarias que debemos trabajar en el sistema educativo.

Información vs Inteligencia

Siguiendo el punto anterior, otro cuestionamiento que se puede realizar a los planteos de Prensky es que “acceso a la información no es acceso a la inteligencia”, y sí, los nativos digitales están rodeados y superestimulados con las nuevas tecnologías, pero si no se fomenta el desarrollo de procesos cognitivos, no podemos hablar de inteligencia, o de “otras formas de pensar”, en todo caso hablaremos de otras formas de “interactuar, o de consumir” que es otro tema. Entendemos a la inteligencia también como capacidad de entender problemas y proponer soluciones superadoras. Vale traer los aportes de Fernández Enguita a esta discusión, el autor sostiene que hay que diferenciar claramente los dos términos, ya que la inteligencia tiene que ver con el proceso que sufre la información una vez obtenida. “Esta información puede seguir dos caminos diferentes: la retención inamovible o la transformación. Y es en estos dos procesos en donde se evidencia la diferencia entre dos tipos de absorción distintos. La retención, te convertirá automáticamente en un ser informado y la transformación de la información te convertirá en una persona inteligente. Cuando nos referimos a ser inteligente hablamos de la capacidad creativa que tiene la inteligencia. La creatividad no tiene que ver con la cantidad de información a la que accedas, sino con lo que seas capaz de hacer con ella” (Fernandez Enguita 2017). Entonces, la mera exposición a la información no tiene que ver con procesos cognocitivos, (con la inteligencia). La cuestión es preguntarnos como llegar a la capacidad creativa, como llegar a pensamientos de orden superior o metacognitivos.

Vídeo: Entrevista a Mariano Fernández Enguita con motivo de la presentación de su libro "Más escuela y menos aula" el día 18 de febrero de 2018 en la Institución Libre de Enseñanza.
 

Hay un sujeto diferente en nuestras aulas. Eso debe quedar claro, producto del posmodernismo para algunos, de la modernidad líquida para otros, nativos digitales, náufragos digitales, huérfanos digitales, millennials, generación X, Y, y cuanta nueva etiqueta quieran darle. Eso no hace más que demostrar la incertidumbre generalizada ante el avance de las nuevas tecnologías.

Aportes para seguir pensando

En primer lugar coincidimos con las posturas que marcan una diferencia en las formas en que, como sujetos, nos relacionamos con los saberes digitales. Quienes nacimos antes de los 90, tuvimos que aprender nuevas competencias y para ello, desaprendimos otras (ni mejores ni peores, diferentes) Por el contrario, nuestros estudiantes, niños y jóvenes, no tuvieron que pasar por este proceso, y lo viven como algo más natural (si se puede llamar así, ya que todo es una construcción histórica) y salta a la vista que poseen mayor fluidez, en el uso de las nuevas tecnologías. Es por eso que no negamos que estamos frente a un nuevo sujeto en la educación, llamémoslo Nativo digital o de cualquier otra forma, lo que queremos resaltar es que los procesos de pensamiento deben ser integrales, desarrollando desde sus niveles superficiales hasta los más profundos. En este sentido, chocaremos contra posiciones simplistas que pretenden instalar la idea de que exposición y consumo de bienes tecnológicos son sinónimo de conocimiento. Como hemos visto anteriormente para producir procesos cognitivos de orden superior debemos indudablemente seleccionar de manera adecuada nuestras estrategias de enseñanza. Focalizándonos en enseñar a utilizar la información digital disponible de forma inteligente y crítica, fomentando el trabajo colaborativo y creativo, desafiando cognoscitivamente a nuestros estudiantes, de forma gradual y progresiva. Entonces la tarea del docente es más importante que nunca, y debemos estar a la altura de las circunstancias.


Bibliografía: al final de la revista
 

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